En ello estuvieron de acuerdo el candidato socialista Rubalcaba y el del PP, Mariano Rajoy, que lo consideró una buena noticia y el nacionalista conservador catalán Durán Lleida (CiU), quien consideraaba agotada la legislatura.
El dirigente de la minoritaria Izquierda Unida, Cayo Lara, consideró que esto sólo beneficiaba a los grandes partidos, pues aún no se ha cambiado la ley electoral que les beneficia, dejando infrarepresentados o sin representación a otras opciones políticas. Precisamente, el Movimiento ciudadano "Democracia Real- 15M, que continúa estos días sus protestas pacíficas (a diferencia de lo qeu ocurre en Grecia), pide también el cambio de dicha ley para dar cabida en el Parlamento a más opciones políticas que el actual bipartidismo.
Ello ha provocado una doble crisis de deuda externa española y la del hundimiento de la burbuja inmobiliaria. En dicha crisis el actual Gobierno de Rodríguez Zapatero (PSOE), optó por recortar gastos a costa de logros sociales conseguidos durante generaciones (jubilación, sanidad, educación, subsidios de desempleo, abaratar el despido, contratos precarios), mientras rescataba a la Banca y las Cajas de Ahorros que quebraron con la especulación alzando los precios de la vivienda (CAM, Caja Castilla-La Mancha), también favoreció el consumo de vehículos en favor de las grandes compañías y otras medidas para conseguir vender deuda española sin que suban sus intereses.
Todo ello le alejó de sus votantes tradicionales, produciéndose una gran abstención en las últimas Elecciones locales, que benefició al conservador PP.
Se espera una repetición de dicho escenario en las próximas Elecciones Generales, del 20 de noviembre del 2011, con lo que el próximo Presidente de España sería el líder del Partido Popular, Mariano Rajoy.
La clase política no ha comentado si en dicha decisión ha influído el descontento y las contínuas manifestaciones en la calle, autogestionadas al margen de los partidos políticos en lo que se ha denominado: Democracia Real, ya y que empezó con la manifestación del 15 mayo y acampadas en las plazas centrales de las principales ciudades de España.
Los políticos no hablan de dicho movimiento y éste a su vez no reconoce a los políticos, como representantes válidos de los deseos de la población. Sus lemas son "No somos mercancía en manos de políticos y banqueros" y "No nos representan".
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