Blog de Antonio Romea. Intérprete Jurado de Ruso e Inglés.

Blog de ANTONIO ROMEA. Переводчик Антонио Ромеа. Traductor e Intérprete Jurado de Ruso. Intérprete de Conferencias Ruso-Español-Inglés. En este blog se publican artículos publicados y otros rechazados ¿censurados? en prensa española e internacional. También artículos sobre Política Internacional de varios autores. Y temas de Interpretación RU-ES-ENG.
MANIFIESTO:
Tras la Segunda Guerra Mundial (1945) se fundó la ONU, la cual condenó el Colonialismo. Se inició el proceso de Independencia de las naciones de Africa y Asia (1948-1965), ex-colonias de Francia e Inglaterra. EEUU desarrolló una política de neocolonialismo: dominio politico-económico, pero no militar directo en Hispanoamérica y otras regiones. Su intento colonial directo fue derrotado en Vietnam (1977).

La disolución de la URSS en 1991, puso fin a la Guerra Fría y la bipolaridad en que se había mantenido el Mundo desde la II Guerra Mundial. La Administración de EEUU, sin contrapeso, como Imperio incontestado, se lanzó a la conquista clásica de colonias.

Las víctimas: Yugoslavia, Iraq, Afganistán, Somalia...

Se presiona a los países que limitan las “inversiones” extranjeras, se les obliga a que "abran sus mercados" a los capitales occidentales: Irán, Siria, China, Zimbawe, Corea del Norte, Myammar, Sudán, etc.

Las Instituciones Internacionales, ONU, Premio Nobel, Tribunal de la Haya, IAEA, han dejado de ser neutrales. Adulteradas, son instrumento de esta nueva política colonial. También denominada Neocolonialismo:

1. Exportación de capitales.

2. Adquisición de territorios: Medios de Producción (empresas e industrias), Materias Primas y Energía (recursos naturales).

La forma es clásica, lo hicieron portugueses y españoles (S.XVI-XVII), e ingleses y franceses (S.XVIII-XIX), la retórica ha cambiado: Antes se colonizaba, mataba, destruía y sometía a la pobreza a los pueblos para "Cristianizarles" o “Civilizarles", en el S.XXI para "Democratizarles".


En el S.XXI comienza con un retroceso ético y legal con respecto a los principios fundacionales de la ONU, que debía garantizar la NO repetición de guerras contra civiles y crímenes contra la Humanidad.

International Affairs and Colonialism in S.XXI. Interpretation Russian-English-Spanish

31 ago 2010

Monografias Rusia Politica Interior y Exterior 2000-2002

Proyectos de investigación sobre:
Dinámicas políticas en la Unión Soviética y en la Federación Rusa


Grupo de trabajo:
Capacidad e influencia rusa en el contexto mundial
Palabras clave: Política Exterior, Seguridad, Fuerzas Armadas.
Código UNESCO: 5901.
Fuente de financiación: CESEDEN.
Dirección: Guillermo Carrero González.
Participantes: Jesús de Andrés, Manuel Coma, Carlos Echeverría, Carmen González, Antonio Romea, Antonio Sánchez, Rafael Sánchez.
Fecha inicio: enero 2001.
Fecha finalización: diciembre 2001.



Grupo de trabajo:
Problemática rusa de cara al siglo XXI
Palabras clave: Transiciones Políticas, Seguridad, Fuerzas Armadas, Nacionalismo.
Código UNESCO: 5901.
Fuente de financiación: CESEDEN.
Dirección: Fernando Riaño Lozano.
Participantes: Jesús de Andrés, Carlos Echeverría, Carmen González, Antonio Romea, Antonio Sánchez, Rafael Sánchez.
Fecha inicio: enero 2000.
Fecha finalización: diciembre 2000

PUEDE ENCONTRAR AMBAS MONOGRAFÍAS EN PDF EN LA COLUMNA DE LA DERECHA EN LA SECCIÓN: 
ARTÍCULOS de Antonio Romea y VIDEOS. O en la web del Centro de Documentación del CESEDEN

Link Monografía completa, Geopolitica de Rusia

http://www.ceseden.es/centro_documentacion/monografias/051.pdf

Geopolítica de Rusia 2002 (CESEDEN)

Geopolítica de Rusia.
GEOPOLÍTICA DE RUSIA
Influencia rusa en su entorno geopolítico Guillermo Carrero González y otros Centro Superior de Estudios de la Defensa Nacional (España).
Ed. Ministerio de Defensa. Secretaría General Técnica. Monografías del CESEDEN, 51. Marzo, 2002.
206 páginas.
Se completa aquí el trabajo de 2001 sobre los problemas internos rusos (Rusia: conflictos y perspectivas, Monografías del CESEDEN, 43). En esta ocasión, los seis artículos de sendos especialistas abordan la inserción exterior rusa: diplomacia, economía, Cáucaso y Asia Central, reforma militar y países musulmanes.
El profesor de Ciencias Políticas de la UNED Jesús de Andrés trata de probar el uso que las políticas militar y exterior han tenido para restaurar la dignidad supuestamente herida de Rusia en relación a la extinta URSS en “La política exterior rusa: directrices y condicionantes”. En ese contexto de poderío vulnerado, el artículo señala el avance del nacionalismo, que impregna el sistema político y social ruso, y concluye con un somero análisis de la diplomacia del presidente Putin hasta el 11 de septiembre.
El coronel Rafael Sánchez González (“Influencia internacional de la postura militar rusa”) constata la mejora de la capacidad militar después de la entronización de Putin y pronostica que continuarán los “vientos favorables para el establecimiento militar ruso” amparados en la tendencia alcista del precio del petróleo. Admite que el Ejército Rojo sigue influyendo de forma capital en la política del Kremlin como en los tiempos de la URSS (“la acción exterior de Moscú, en general, responde casi en mayor medida a la iniciativa y al protagonismo del Ministerio de Defensa que al Ministerio de Exteriores”), aunque con la diferencia clave de que hoy las Fuerzas Armadas rusas carecen de la manipulación política e ideológica de antaño.
El autor señala las batallas pérdidas por Rusia, la de la supervivencia de la OTAN, del escudo antimisiles norteamericano, del espacio, de la información y en general de la tecnología, por lo que hace un apunte sugerente: “A Rusia puede no quedarle más recurso que tratar de subirse al carro de la Alianza Atlántica (...) La aparición del terrorismo como enemigo común prioritario sitúa decididamente a Rusia al lado de EEUU y Europa Occidental y favorece un desenlace que, hace pocos años, hubiera parecido absurdo”. Carmen González resume sus ideas sobre la “semidemocracia y el semimercado” rusos en el titular, “La democracia y el mercado como modelos foráneos en Rusia”. Su retrato del “reino del desorden” es muy poco halagüeño: con pobreza para la mayoría, donde impera la injusticia y la ley del más fuerte, para acabar con una población “poco interesada en la democratización”.
Carlos Echevarría Jesús, profesor de Relaciones Internacionales de la UNED llama la atención (“Evolución política y estratégica en el Cáucaso y Asia Central”) sobre la política euroasiática de Rusia, que habría tomado renovado ímpetu con Putin. Echevarría opina que el acercamiento a China e India es limitado y vaticina que no irá más allá de una “fructífera relación” entre potencias de su envergadura. En Asia Central y Afganistán compartiría intereses con Estados Unidos, no así en torno al Caspio, donde la entrada de compañías norteamericanas para la explotación de hidrocarburos y su infraestructura de oleoductos no es vista con buenos ojos.

Antonio Romea se extiende específicamente sobre las relaciones de amistad, rivalidad y dominación de Moscú con el variado y extenso mundo islámico (“Rusia y los países musulmanes”). El profesor de Economía Aplicada de la Universidad de Valencia, Antonio Sánchez Andrés (“La inserción internacional de la economía rusa”) toma la industria militar y las exportaciones de armas como modelo de las transformaciones económicas. La consolidación de las transferencias a China, Irán e India, sostiene el autor, prefiguran un acercamiento “político y estratégico, con implicaciones de envergadura en las relaciones internacionales”.

30 ago 2010

Guerra Civil Iraquí (marzo 2006, El Correo. Bilbao)


¿Quién está detrás de los atentados sectarios en Irak?

«En un país en guerra de guerrillas, donde son muchos los grupos armados, que apoyan o la ocupación o la resistencia, resulta muy fácil colocar un coche bomba que estalle indiscriminadamente»
ANTONIO ROMEA/ARABISTA Y ANALISTA DE POLÍTICA INTERNACIONAL

Es la gran pregunta que se están haciendo todos en Irak: ¿Quién está detrás de los atentados sectarios? Una de las líneas de investigación que desarrolla la Policía en el esclarecimiento de cualquier crimen -y crimen es el asesinato de civiles aun en tiempos de guerra- es la de a quién beneficia ese asesinato. Tampoco conviene desechar esta vía al analizar la política internacional y más aún en el complejo y a la vez sutil Oriente Medio.

Desde el jueves 23 de febrero, cuando fue volada la emblemática mezquita dorada chií de Samara, nos siguen llegando horrendas imágenes de atentados con coches bomba contra barrios y plazas públicas habitados y frecuentados por chiíes. Después nos llega por los teletipos de las agencias de prensa -en su mayoría estadounidenses- la idea de que estamos al borde de una guerra civil en el ocupado Irak, ya que suponen que los líderes chiíes, de seguir este ritmo de atentados, no podrán retener por mucho tiempo a sus milicias armadas y éstas iniciarán una vendetta indiscriminada contra sunníes. De hecho, ya se han producido algunos ataques contra mezquitas y un político sunní. Son más de 400 en una semana las víctimas de esta violencia que no tiene que ver con los habituales ataques de la resistencia contra puestos de Policía, organismos oficiales y tropas de EE UU.


A través de las televisiones árabes pude seguir los sermones de los ulemas en la oración del viernes no sólo en Irak sino también en los países musulmanes vecinos. Sorprendente unanimidad, todos llamaban a la calma e insistían en que Sunna y Shía pertenecen a una misma religión, el Islam, y los iraquíes a una misma nación. Hasta el líder chií Muqtada al-Sadr, opuesto a la ocupación americana, llamó a sus milicianos a asistir a una oración conjunta en mezquitas sunníes, y a manifestarse por la unidad del país y el fin de la ocupación.

Añadía un ulema de Qatar que había algo aún peor que la invasión y la guerra -que ha causado ya la muerte de 30.000 civiles, según Bush, y de 190.000, según periodistas iraquíes- y sería una guerra civil, una harb ahliya entre iraquíes. El presidente de la Asociación de Musulmanes de Irak, por su parte, llamaba a evitar lo que él denominaba una fitna o cisma. Pero palabras aparte, en lo que casi todos coincidían era en llamar la atención de los creyentes sobre a quién beneficiaría esa división y guerra entre hermanos. Así, sin mencionarlo explícitamente, apuntaban al antiguo lema bélico Divide y vencerás. ¿A qué se referían? Lo vino a decir abiertamente el mismo ulema sunní cuando el día 1 acusó a EE UU de conspirar para provocar una guerra entre religiones. Esa misma acusación había llegado también desde el primer ministro del régimen chií del vecino Irán.

El presidente de EE UU no ha conseguido legitimar su invasión ni la posterior ocupación ante la sociedad civil iraquí, por no hablar de la guerra que lleva a cabo la resistencia, que parece lejos de menguar. Después, y como cada vez que se aplica de verdad la democracia en Oriente Medio, los electos no suelen resultar ser los amigos de América. Otro ejemplo se ha visto en Palestina. Así las cosas, la retirada del Ejército americano de Irak será cuestión de tiempo, y si para entonces no se hubiese conseguido dejar en Bagdad un gobierno amigo de EE UU, las compañías estadounidenses que han obtenido grandes concesiones en la reconstrucción -una próxima a Dick Cheney en el puerto de Basora-, el petróleo -firmas ligadas a conocidas familias tejanas-, suministros, armamento y telecomunicaciones tendrían que salir detrás de las tropas, sufriendo un grave quebranto económico.

Todas las grandes empresas mantienen en Irak sus propios ejércitos privados, disfrazados de empresas de seguridad. Están compuestos por mercenarios eslavos, italianos y angloamericanos, y tienen nombres como Black Waters. En esa confluencia de intereses se encontraría también Israel, país que podría estarse jugando su propia supervivencia si fracasa la aventura neocolonial de EE UU en Oriente Medio. No olvidemos que sus comandos especiales fueron los primeros en tomar una base de misiles iraquíes próxima a Jordania, nada más iniciarse la guerra. Es también conocida para quienes sigan el asunto con atención la operatividad del Mossad y otros servicios israelíes para realizar atentados en la región, y se les atribuyen asesinatos incluso en una capital que le es tan hostil como Damasco.

Sin embargo, si comenzase una guerra civil, sería más comprensible la necesidad de mantener la presencia militar americana como árbitro y garante de la seguridad, y también si a consecuencia de dicha guerra se configurasen dos (o tres, con uno kurdo) Estados enemigos entre sí -como ocurrió con Yugoslavia-. Además Israel respiraría tranquilo por décadas.

En un país en guerra de guerrillas, donde son muchos los grupos armados, que apoyan o la ocupación o la resistencia, resulta muy fácil colocar un coche bomba que estalle indiscriminadamente contra los transeúntes de un barrio chií. No obstante, para decepción de los terroristas y desmentido de algunos medios poco rigurosos, una reacción chií a escala relevante no se ha producido, salvo vendettas menores, como el linchamiento de siete activistas sunníes no iraquíes. Estos radicales sunníes extranjeros son yihadistas, fanáticos, idealistas o mercenarios que han ido a Irak para combatir contra la presencia americana y algunos considerasen un modo de hacerlo el realizar esos atentados contra chiíes.

Además existe una fuente de mercenarios free lance'iraquíes y extranjeros conectados con los poderosos grupos delictivos que se dedican al secuestro y la extorsión, prácticas sufridas por muchos más iraquíes que occidentales. En cuanto al entorno de los recién creados policía y ejército iraquíes, cuyos miembros son blanco habitual de la resistencia, sus tropas de elite (mayoritariamente chiíes) han sido acusadas por algunos clérigos de vengarse y atentar contra mezquitas sunníes. Como vemos hay tantos intereses como agentes con capacidad letal sobre el terreno. Y cuando el objetivo de los ataques es matar a civiles de forma indiscriminada, es lícito preguntarse para qué y qué se pretende con ello. Y también sería deseable que se diese acceso a investigadores internacionales neutrales para desentrañar estos atentados sectarios.

Guerra Rusia-Georgia: 2008 (ABC)

Un grave error de cálculo

Después de las Revoluciones Naranja, promovidas por Estados Unidos en Ucrania y Georgia respectivamente, en ambos países se instauraron Gobiernos pro-occidentales a principios de la década de los 2000.
Las esperanzas de cambios y mejoras sociales se vieron pronto defraudadas en Ucrania con Yushenko y en Georgia con el actual presidente Saakashvili. Si bien esas aperturas a Occidente y a EE.UU., más específicamente, resultaron beneficiosas para muchos supuestos inversores extranjeros que adquirieron a bajo precio, propiedades y empresas en ambos países; los ucranianos y georgianos, no vieron mejoras en sus vidas, no así la nueva élite política liberal que se enriqueció con la reventa del gas ruso en Ucrania y con las exportaciones y ayudas internacionales en Georgia.

En el caso del presidente georgiano Saakashvili, en lugar de aliviar la empobrecida economía de Georgia, facilitando la buena aplicación de las inversiones en sectores productivos, la estabilidad y el turismo, favoreció un fácil nacionalismo anti-ruso que acabó por cerrar el gran mercado de Rusia a las exportaciones de los vinos, frutas y aguas minerales georgianas y privar a ésta del gas, petróleo, electricidad y turistas que antaño provenían de Rusia.
Su exaltado pro-americanismo provocó la ruptura de lazos económicos con Rusia, su vecino y cliente natural e histórico, y con ello aumentó aún más la pobreza, el desempleo y la emigración en la propia Georgia.
Desde su no reconocida independencia de Georgia en los años 90, muchos ciudadanos osetios y abjasos, tradicionalmente aliados de los rusos en el Cáucaso (frente a los musulmanes chechenos, recuérdese la matanza de Beslán en Osetia del Norte, que pertenece a la Federación Rusa), han ido solicitando la nacionalidad rusa.
Al principio les era difícil obtenerla, pero en los últimos años, -conforme Georgia se acercaba más a EE.UU.-, Rusia fue otorgando su ciudadanía a cada vez más osetios y abjasos, con lo cual ahora tiene una excusa para intervenir en defensa de sus ciudadanos.

Crisis económica y rearme

Al atolladero económico se sumó que el Estado georgiano lleva años gastando sus presupuestos en la compra de armas a EE.UU., Ucrania e Israel. A éste último, sistemas de misiles Linx y aviones espía no tripulados Hermes, uno de los cuales fue recientemente derribado sobre territorio de Abjasia.
El objetivo de dichos dispendios era doble, el declarado de ingresar en la OTAN y ser un incondicional aliado de EE.UU.. Para ello Georgia envió uno de los mayores contingentes de soldados a Irak (2.000 hombres), sin contar con los georgianos mercenarios contratados directamente por empresas americanas (Blackwater, etc.) y la presencia de instructores militares estadounidenses e israelíes en bases georgianas.
Y el objetivo no declarado, pero evidenciado ahora de recuperar militarmente Osetia del Sur y luego Abjasia.
Estos tres factores:
-La desastrosa situación económica,
- la corrupción y
- el aventurismo político ultra-americanista de Saakashvili,
han logrado unificar en su contra a grandes sectores de la población y a los heterogéneos grupos de oposición política, dentro y fuera del Parlamento georgiano. Entre todos los sectores de oposición provocaron una crisis de Gobierno y forzaron hace poco más de un año unas elecciones presidenciales adelantadas, en las que muy a duras penas venció Saakashvili.

Este agosto, el presidente georgiano decidió, con su Ejército rearmado y mejor entrenado reconquistar Tsijinvali, destruyendo de paso muchas casas de osetios y causando muertes de civiles (más del millar según fuentes surosetias). Ello provocaría el éxodo de éstos a su vecina Osetia del Norte (en Rusia), y así la población mayoritaria en Osetia del Sur sería de etnia georgiana y favorable a la reunificación con Georgia.
La confianza en su renovado Ejército estaba justificada, comparándolo con su debilidad de años anteriores, pero aún así sólo habría triunfado si Rusia hubiese reaccionado más moderadamente o se hubiese desentendido de sus compromisos con los surosetios. Pero no ha sido así.

Cuando la dictadura argentina veía sus días contados por la oposición interior se lanzó a la suicida reconquista de las Malvinas, fue una apuesta arriesgadísima, pero mientras duró unificó al país bajo el sentimiento de patriotismo y permitió a los militares seguir gobernando. De haber ganado, habrían salvado su Gobierno y pilotado la transición. Por el contrario la derrota aceleró su caída.
Parece que estamos ante el mismo caso con el presidente Saakashvili, si Rusia hubiese reaccionado más tenuemente, habría reafirmado su continuidad en el poder y su modelo de sueño americano. Pero ahora parece ser que será Rusia, quien frenando o continuando con su ofensiva, decidirá si se independizan Osetia del Sur y Abjasia, y aún más si desea provocar una crisis en Georgia que cause en breve plazo un cambio de presidente.

ANTONIO ROMEA - Universidad Complutense -
("ABC" - Madrid - 13-Ago-2008)

Abstract, Georgia-Russia war 2008, by Antonio Romea.Article published in ABC:

It was an irresponsable movement of Mr. Saakashvili to attack South Osetia, maybe instigated by israeli militar advisers and by his own political unrealistic goals. This war make it impossible any further approach between Georgia, Europe and NATO. That was probably the contrary effect that the Georgian President searches. Really he thought that Russia will not react and that Moscow would allow the reunification of Georgia without taking in consideration Russian interests and without giving guarantees of Security for his southern border in the Caucasus?
Article in Spanish press and in my blog with more details in Spanish:

Ucrania: Y Putin dijo No (El Mundo)

Viernes, 3 de diciembre de 2004. Año XV. Número: 5.473.
PUBLICADO EN DIARIO EL MUNDO

Y Putin dijo no

ANTONIO ROMEA

En el palacio de Marinski, en Kiev, se celebró el miércoles una reunión para negociar una salida a la crisis ucraniana. La misma estuvo presidida por el presidente ucraniano saliente, Leonid Kuchma. Y en ella vimos darse la mano ante las cámaras a los dos candidatos enfrentados Yanukovich, ganador oficial de las elecciones, respaldado por Rusia y las regiones orientales rusófonas de Ucrania, y Yushchenko, respaldado por EEUU y las regiones occidentales nacionalistas ucranianas.
La mediación en dicha reunión la llevaron a cabo varios interlocutores internacionales: Javier Solana, jefe de la Política Exterior de la Unión Europea, y los Presidentes de Polonia, Kwasniewski y de Lituania, Adamkus, así como el secretario general de la OSCE.
En ella se llegó al acuerdo de repetir las elecciones. Aún no queda claro si en su totalidad o en los distritos en que se compruebe que hubo fraude, pero si somos rigurosos con la ley, se supone que todavía Ucrania entera está pendiente de que se pronuncie el Tribunal Supremo, sobre si hubo o no fraude electoral, pucherazo vaya, lo cual han denunciado ambas partes, y no sólo la derrotada de Yushchenko.
Si el Tribunal Supremo dictaminase que las elecciones han sido limpias y los resultados válidos, entonces no tendría sentido aplicar este acuerdo entre políticos de celebrar nuevas elecciones.Sin embargo, parece que eso no ocurrirá, según dejó entrever sabiamente Javier Solana, quien declaró que una sentencia en ese sentido, o sea en contra del acuerdo político, «es posible, pero no es probable».
Pero si ahora miramos con más atención quienes han sido los interlocutores internacionales que participaron en la reunión como mediadores, nos daremos cuenta de que todos eran europeos occidentales. Se habían olvidado del vecino ruso, así que ayer el presidente saliente Kuchma, visitó Moscú para entrevistarse con Vladimir Putin y comunicarle los detalles del acuerdo, y cual no habrá sido su sorpresa cuando saltándose todas las sonrisas a que las fotos de la política y la diplomacia nos tienen acostumbrados, Putin dijo: «No». En las imágenes de la reunión ninguno sonríe, ni Kuchma, ni Putin. El presidente ruso explicó además que unas nuevas elecciones «no van a añadir nada nuevo».
Después del encuentro el todavía presidente ucraniano, Leonid Kuchma, declaró que la crisis no podrá superarse «sin la participación directa de Rusia». Ocurrió como en el cuento de la Bella Durmiente, en que se olvidaron de invitar a alguien a la fiesta y éste apareció por sorpresa para lanzar una maldición. Rusia es un socio económico y político fundamental para la viabilidad de Ucrania, sin el gas ruso la economía ucraniana se paralizaría y si Rusia decidiese apoyar las tendencias separatistas de las regiones orientales rusófonas Ucrania tendría un problema de supervivencia como Estado.
Aún no sabemos como evolucionará la crisis. Parece que la oposición de Yushchenko está ganando la batalla mediática y política. Pero si se celebran nuevas elecciones, su preparación llevará meses, en los que habrá un poder interino, el cual podría verse desbordado por un estallido de violencia o por un proceso secesionista de las regiones rusófonas. Rusia ya ha dejado claro que está en contra y si no se cuenta con ella, podría crear muchas dificultades.
Pese a la alegría callejera de estos días, para Ucrania no ha hecho más que comenzar un largo invierno de imprevisible resultado y sobre su territorio planea la sombra de un nuevo telón de acero.

Antonio Romea es traductor de ruso y arabista.
Fue director de la Delegación de la Universidad Complutense en Moscú.

Guerra de Gaza 2009. Publicado en ABC (Madrid)

                          Acabó la guerra, el problema sigue

Los objetivos declarados del reciente ataque israelí contra la franja de Gaza, que destruyó numerosas infraestructuras y causó una matanza que superó el millar de civiles, de ellos más de 300 niños, fueron evitar el rearme de Hamás, destruyendo los túneles de Rafah, y erradicar el lanzamiento de los cohetes caseros Qassam. Si lo hubiesen conseguido, ambos serían éxitos efímeros, pero ya vemos, pocas semanas después de la retirada israelí, que prosiguen los lanzamientos y que la reconstrucción de los túneles de abastecimiento progresa.

El objetivo verdadero y no declarado de Israel al iniciar la invasión era en realidad derrocar al gobierno de Hamás e instaurar una autoridad palestina que hiciese las funciones de policía, impidiese los lanzamientos de cohetes y decapitase la resistencia local. Algo similar a lo que hace Mahmud Abbás en Cisjordania. Para intentar esos efectos ha sido necesario destruir todo tipo de infraestructuras civiles, comunicaciones, almacenes, escuelas, mezquitas...

Hubiese sido deseable para Israel capturar o asesinar al primer ministro electo, Ismael Haniyeh, al ideólogo Mahmud al-Zahar y a cuantos dirigentes de Hamás fuese posible. Una muestra fue el asesinato, el 15 de enero, del ministro del Interior de Gaza, Said Siam.

Recordemos que las autoridades israelíes encarcelaron a los diputados y miembros del gobierno de Hamás en 2006, nada más ser elegidos.

Sólo controlando al gobierno palestino, y teniendo una fuerza «amiga» palestina en los territorios, podrá Israel controlar la resistencia de la mayoría del pueblo a la ocupación, el aislamiento, la pobreza y la vida en un gueto.

El objetivo no oficial de la invasión fue discretamente reconocido por algún ministro israelí, y abiertamente por Yossi Beilin, ex ministro de Justicia, quien declaró que se trataba de destruir a Hamás y de reemplazarla por un régimen más aceptable para Israel.

Sin embargo la destrucción del gobierno de Hamás y sus aliados, el marxista Frente Popular para la Liberación de Palestina y la Yihad Islámica, entre otros muchos grupos que forman la autoproclamada «Resistencia Palestina», y su sustitución por las milicias de Al Fatah, fieles a Mahmud Abbás, hubiese requerido una invasión prolongada y mucho tiempo de combates.

Pero al dar por terminadas las operaciones militares sin haber derrocado a Hamás, el Movimiento de Resistencia Islámica continúa gobernando en Gaza. Ha cantado una victoria política, que no militar, lo cual supone una nueva legitimación de su gobierno y pone sobre el tapete su papel de interlocutor, en detrimento del presidente Mahmud Abbás, circunscrito cada vez más a Cisjordania.

Éste es el dilema al que se enfrentan ahora Netanyahu, Livni y Barak, inmersos ayer en plena contienda electoral. Quien salga triunfador de las urnas deberá afrontar la realidad: Hamás sigue gobernando en Gaza, y puede que los cohetes Qassam y el contrabando de armas sólo hayan experimentado un frenazo temporal.

Fuente: ABC
Fecha: 11/02/09
Autor: Antonio Romea

29 ago 2010

Guerra del Libano 2006 (El Correo de Bilbao, Diario de Sevilla 2006)

¿Por qué una guerra contra civiles? (El Correo y El Diario)

El Estado de Israel fue creado y ha sido mantenido por colonos europeos
(judíos askenasíes) sobre la base de una ideología, el sionismo,
mesiánica y racista, que propugnaba crear un país étnica y
religiosamente puro. Para ello había que 'limpiarlo' de sus pobladores
originales árabes. En 1948, la ONU aprobó la creación de dos Estados,
uno árabe y otro hebreo, entregando a este último 14.000 kilómetros
cuadrados de territorio. Inmediatamente se inició una guerra en la que
los judíos se anexionaron otros 20.000 kilómetros cuadrados, realizando
una limpieza étnica (destrucción de aldeas árabes y expulsión de sus
habitantes en camiones más allá de la frontera). El Estado árabe no pudo
ser creado. Al Estado hebreo se sumaron unos 300.000 sefardíes de Túnez
y Marruecos entre 1952 y 1964, y posteriormente un reducido número de
falasas (judíos etíopes). Pero el verdadero aliento poblacional se lo
han dado los más de un millón de colonos (judíos y no judíos),
procedentes de la antigua Unión Soviética a partir de 1989, llegando a
ser el ruso el segundo idioma más hablado del país. La cifra total de
estos colonos, ciudadanos de pleno derecho y mayoritariamente de clase
media acomodada, ronda los 5 millones. Como se verá, se alteró la pureza
del país en aras de contar con más colonos, a fin de sobrepasar en
número a la población local árabe.

Del otro lado, dentro de Israel, en Galilea, habitan más de 700.000
árabes palestinos, que no fueron expulsados durante la guerra del 48 y
son ciudadanos de Israel. A ellos se suman los palestinos de los
territorios ocupados por los israelíes en la guerra de 1967 (Gaza y
Cisjordania), un total de 4,5 millones de palestinos administrados por
Tel Aviv. Los árabes con o sin ciudadanía viven en la pobreza en la que
antes fue su tierra, con escasez de agua, territorios y empleos. Los
palestinos de Gaza y Cisjordania solían ser -al estar circunscritos en
esos territorios como en guetos- mano de obra barata y sin derechos, que
cruzaba cada día la frontera para trabajar en Israel, hasta que comenzó
la segunda Intifada.

Ésta es la clave del conflicto en Oriente Próximo, la de la población.
El Gobierno de Israel perderá el control de los árabes en su territorio
y en países árabes vecinos si su población continúa decreciendo frente a
la árabe, que va en aumento. Desde su fundación, más de medio millón de
israelíes han emigrado a Estados Unidos, en busca de una vida más
tranquila y huyendo del servicio militar, en un fenómeno que es visto
por Tel Aviv como una deserción. Y además la natalidad de los árabes es
muy superior.

Por eso Israel no tiene piedad al bombardear los populosos barrios de
civiles en Beirut y las aldeas del sur libanés, y sin embargo duda en
arriesgarse a cosechar muchas bajas entre sus soldados -muchos rusos
recién llegados, o drusos contratados-, o a que sus colonos norteños
teman la caída de un cohete 'katiusha' en su chalé. Pues los árabes van
a estar ahí siempre, no tienen a dónde ir. Aunque se destruyan sus
casas, tendrán que volver a reconstruirlas, mientras que la mayoría de
los israelíes, si la vida se vuelve peligrosa y sus hijos mueren durante
el servicio militar, al igual que llegaron a Israel hace unas cuantas
décadas, pueden marcharse preferentemente a EE UU, donde existe una
poderoso colectivo judío que les ayuda a insertarse laboralmente.

La guerrilla de Hezbolá llevaba preparándose seis años, posee buena
coordinación del mando, comunicaciones breves cifradas, visores
nocturnos de infrarrojos, fusiles con mira láser, francotiradores,
misiles anticarro (tipo Milan y Fagot), bunkers, fortines, túneles,
caminos minados, etcétera. Armas de fabricación no sólo iraní, sino
también francesa y rusa. Y ha cercado a las tropas invasoras
obligándolas a retirarse de Bint Yebel y Marun al-Ras. Es más, pese a
que los medios de comunicación anglófonos e Israel lo ocultan, Tel Aviv
parece haber perdido más de una decena de tanques, al menos 3
helicópteros (2 por choque y 1 derribado), un caza (por accidente, el
piloto salió catapultado según 'Le Monde'), dos barcos (uno frente a
Beirut y el segundo frente a Tiro el 31 de julio, según Hezbolá; de
hecho ya no hay barcos en esa costa) y varias decenas de sus valiosos
soldados; y todo esto sin contabilizar a los militares heridos.

Incapaz de avanzar sobre el terreno, y menos aún de mantenerse a medio
plazo, Israel ha empleado dos tácticas:

1-Una 'guerra contra los civiles', a los que sí puede alcanzar fácilmente
(Hezbolá no ha reconocido ni treinta bajas). Sería un intento de
provocar el descontento contra los chiíes en el multiconfesional Estado
libanés y que otros grupos se vuelvan contra Hezbolá. Un intento de
desencadenar una guerra civil, al igual que se está haciendo en Irak.

Pero hasta ahora sus bombardeos inmorales y las masacres contra la
población civil no consiguen más que aumentar el odio en la región
contra esos arrogantes colonos que llegaron hace unas décadas y aún no
han dejado de causar muertes a sus vecinos. Es más, desde la arrogancia
de su maquinaria militar (mayoritariamente suministrada por la
estadounidense Lockheed), los israelíes se siguen negando a negociar
nada, ni la autodeterminación palestina con su Gobierno electo en las
urnas (Hamas), ni la devolución de los territorios árabes ocupados. A saber, la
meseta de Siria, rebautizada como los Altos del Golán, y las granjas de
Chebaa (Líbano). Y poco les importa que haya resoluciones de la ONU
exigiéndolo, muy anteriores, por cierto, a la que recientemente pedía el
desarme de las milicias libanesas.

2-No sabemos si seguirá la 'guerra contra los civiles', pero ahora el
Gabinete israelí está intentado otra táctica: que otras tropas hagan su
trabajo y sufran ellas las bajas. Por eso está tan activa la secretaria
de Estado de EE UU, Condoleezza Rice, intentando enviar una fuerza bajo
bandera de la OTAN o de la ONU. Y absurdamente no al territorio del
agresor israelí, sino al del agredido Líbano.