En el momento de escribir este artículo superan los 600, los civiles libaneses muertos en veinte días de bombardeos israelíes contra barrios chiítas e infraestructuras civiles. En un sólo ataque el Tsahal o Ejército israelí mató en Qana a 57 civiles, de ellos más de 30 eran niños. Añadamos los más de 1.800 de heridos, que llenan las pantallas de las televisiones árabes, como la de esa niña con una cicatriz a lo largo de su mejilla, e incluyamos los 700.000 refugiados libaneses (sólo en Siria son más de 200.000). A las cifras millonarias de pérdidas que anunció a los pocos días de iniciada la agresión el Ministro libanés de Finanzas para tener un y un millón y medio de palestinos atrapados en el getho de Gaza, con escasez de agua, alimentos, electricidad y sometidos a contínuos bombardeos. Ese es el derecho a defensa ejercido por un Estado de colonos, Israel, en respuesta a dos incidentes fronterizos en los que fueron capturados 3 de sus soldados (uno en Gaza y 2 en el Líbano). Nasarallah, líder de Hezbollah, mostraba su sorpresa, al declarar a la televisión al-Yazeera, que ningún Estado inicia una guerra por dos soldados capturados. Teniendo además en cuenta que Israel retiene 9.700 prisioneros (94% palestinos y 6% árabes israelíes, libaneses y de otros países) en sus cárceles.
Parece ser que se trata de un castigo colectivo a todo el Líbano.
El plan militar de cómo destruir el Líbano estaba ya diseñado, pero parece que el primer ministro israelí, Ehud Olmert ha reaccionado desproporcionadamente -como declaró su homólogo ruso Putin-.
Olmert, es un político profesional que ha pasado su vida como parlamentario y llegado a su puesto por el estado de coma en que se mantiene su predecesor Ariel Sharon. A diferencia de sus antecesores, carece de experiencia militar en un país que suele encumbrar a sus mandos militares a la jefatura del Gobierno. Olmert cumplió su servicio militar, como mero reportero para la radio y periódico del Ejército, y sólo 7 años después, siendo diputado, se inscribió en un curso para obtener una graduación de oficial. Mirado con superioridad por los cuadros militares, y carente del carisma político de Sharon, parece que ha querido salvar su imagen, dando rienda suelta a los militares y siendo el más belicista de todos.
Pero sí Israel se lanzó irresponsablemente a una guerra, la inteligencia judía, subestimó la capacidad de resistencia de Hezbollah, verdadero sustituto del Ejército libanés, y que tras una guerra de guerrillas de 1982 al 2000 consiguió expulsar al ocupante israelí del Líbano. Hezbollah, se llevaba preparando 6 años para evitar que volviese a ser posible una invasión de su país
Noticia Breve. Antonio Romea. Julio 2006
En el momento de escribir este artículo superan los 600, los civiles libaneses muertos en veinte días de bombardeos israelíes contra barrios chiítas e infraestructuras civiles. En un sólo ataque el Tsahal o Ejército israelí mató en Qana a 57 civiles, de ellos más de 30 eran niños. Añadamos los más de 1.800 de heridos, que llenan las pantallas de las televisiones árabes, como la de esa niña con una cicatriz a lo largo de su mejilla, e incluyamos los 700.000 refugiados libaneses (sólo en Siria son más de 200.000). A las cifras millonarias de pérdidas que anunció a los pocos días de iniciada la agresión el Ministro libanés de Finanzas para tener un y un millón y medio de palestinos atrapados en el getho de Gaza, con escasez de agua, alimentos, electricidad y sometidos a contínuos bombardeos. Ese es el derecho a defensa ejercido por un Estado de colonos, Israel, en respuesta a dos incidentes fronterizos en los que fueron capturados 3 de sus soldados (uno en Gaza y 2 en el Líbano). Nasarallah, líder de Hezbollah, mostraba su sorpresa, al declarar a la televisión al-Yazeera, que ningún Estado inicia una guerra por dos soldados capturados. Teniendo además en cuenta que Israel retiene 9.700 prisioneros (94% palestinos y 6% árabes israelíes, libaneses y de otros países) en sus cárceles.
Parece ser que se trata de un castigo colectivo a todo el Líbano.
El plan militar de cómo destruir el Líbano estaba ya diseñado, pero parece que el primer ministro israelí, Ehud Olmert ha reaccionado desproporcionadamente -como declaró su homólogo ruso Putin-.
Olmert, es un político profesional que ha pasado su vida como parlamentario y llegado a su puesto por el estado de coma en que se mantiene su predecesor Ariel Sharon. A diferencia de sus antecesores, carece de experiencia militar en un país que suele encumbrar a sus mandos militares a la jefatura del Gobierno. Olmert cumplió su servicio militar, como mero reportero para la radio y periódico del Ejército, y sólo 7 años después, siendo diputado, se inscribió en un curso para obtener una graduación de oficial. Mirado con superioridad por los cuadros militares, y carente del carisma político de Sharon, parece que ha querido salvar su imagen, dando rienda suelta a los militares y siendo el más belicista de todos.
Pero sí Israel se lanzó irresponsablemente a una guerra, la inteligencia judía, subestimó la capacidad de resistencia de Hezbollah, verdadero sustituto del Ejército libanés, y que tras una guerra de guerrillas de 1982 al 2000 consiguió expulsar al ocupante israelí del Líbano. Hezbollah, se llevaba preparando 6 años para evitar que volviese a ser posible una invasión de su país
Noticia Breve. Antonio Romea. Julio 2006