Un año después de su investidura el Presidente de Egipto, Morsi, de los Hermanos Musulmanes ha sido depuesto por el Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas, Al Sisi, que él mismo nombró en sustitución del anterior Tantaui.
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| Manifestación en Cairo contra Morsi el 30 junio 2013 |
Morsi había obtenido 13 millones de votos en unas Elecciones organizadas después de la Revolución contra Mubarak y sin apenas presencia de otros partidos políticos, ya que la actividad política durante la dictadura estaba prohíbida y sólo los Hermanos Musulmanes estaban tolerados y en parte financiados por el Régimen. Dichas Elecciones captaron el voto campesino sunní en favor de los Hermanos Musulmanes, pero dejaron sin representación a los protagonistas de la Revolución: la juventud progresista y los desempleados de las grandes ciudades.
Tras multitudinarias manifestaciones contra el Presidente Morsi en El Cairo (Tahrir), Alejandría, Port Said, etc... Ataques violentos a las sedes de su partido y varios muertos, el Ejército egipcio vuelve a tomar el poder. También disolvió la Constitución islamista, que estuvo vigente 7 meses y otorgaba excesivos poderes al depuesto Presidente: legislativos, ejecutivos e intervención en órganos de poder judicial.
La oposición de izquierda que ansía cambios económicos y mejoras sociales, creó un movimiento ciudadano llamado Tamarrud (Rebelde), el cual reunió 22 millones de firmas solicitando la dimisión de Morsi. Un número mayor que el número de votos obtenido por el mismo. El lema de dicho movimiento ciudadano, fue "Irhal"(Vete). Este movimiento popular se considera continuación de la Revolución de Enero del 2011, que según afirman aún no ha terminado.
La Constitución islamista, había sido aprobada en las urnas en diciembre 2012, por un 64% de los votos, pero solo partició en el sufragio un 35% de la población con derecho a voto y ha sido muy contestada en la calle, los medios intelectuales, la izquierda laica y la minoría copta, pues no reflejaba la pluralidad religiosa e ideológica de la sociedad egipcia.
En política regional la destitución de los Hermanos Musulmanes en el Gobierno de Egipto supone un golpe a los movimientos integristas sunníes promocionados en la región por EEUU, Arabia Saudí y Qatar para sustituir a las anteriores dictaduras laicas, por nuevos Gobiernos aliados frente a los revolucionarios.
Antonio Romea. Arabista UAM.
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